INTRODUCCION
El
conflicto es una parte inevitable de las relaciones cercanas y puede tener un
costo emocional negativo. Se necesita esfuerzo para ignorar a alguien o ser
pasivo agresivo, y la ira o culpa que podamos sentir después de explotar a
alguien son sentimientos negativos válidos. Sin embargo, el conflicto no
siempre es negativo o improductivo.
Mejorar
tu competencia para lidiar con conflictos puede producir efectos positivos en
el mundo real. Dado que el conflicto está presente en nuestra vida personal y
profesional, la capacidad de manejar el conflicto y negociar resultados
deseables puede ayudarnos a tener más éxito en ambos.
Todos
sabemos por experiencia que la crítica, o los comentarios que evalúan la
personalidad, el comportamiento, la apariencia o las elecciones de vida de otra
persona, pueden conducir a conflictos.
CONFLICTO
LABORAL
Los
conflictos empresariales o laborales son aquellos problemas que surgen al
interior de una organización, entre dos o más personas que la integran.
Este
tipo de situaciones suelen generar rivalidades, inconformismo, disputas y, en
general, un ambiente de trabajo tenso que impide la consecución de objetivos.
Los
conflictos empresariales o laborales son aquellos problemas que surgen al
interior de una organización, entre dos o más personas que la integran.
Este
tipo de situaciones suelen generar rivalidades, inconformismo, disputas y, en
general, un ambiente de trabajo tenso que impide la consecución de objetivos.
Si
hay algo que todo líder de recursos humanos y directivo de una organización
desea e evitar los conflictos laborales y contar con un ambiente laboral sano y
agradable que permita que todo el personal pueda desarrollar su trabajo en las
mejores condiciones.
Ese
objetivo, por lo general, se encuentra con una o varias piedras en el camino:
los conflictos laborales, tanto entre colaboradores como entre jefes de áreas y
directivos.
CONFLICTOS LABORALES
COMUNES
1.
Ausencia de trabajo en equipo
Se
refleja cuando es casi imposible desarrollar un proyecto en conjunto porque uno
o varios miembros del equipo o del departamento no logran repartirse las
funciones y trabajar en armonía.
2.
Mala comunicación
Puede
suceder entre los colaboradores o entre los jefes y sus subalternos; este
conflicto evita que las tareas cotidianas de cada trabajador puedan
desarrollarse bien, causando frustración, retrasos e insatisfacción.
3.
Colaboradores con dificultad para relacionarse
Es
fácil identificar cuando una persona genera constantemente rumores y malos
entendidos, o hace bromas pesadas que incomodan a los demás.
4.
Líderes sin liderazgo
Pasa
cuando las personas que tienen un cargo de más jerarquía y lideran alguna área
de la empresa no logran resultados positivos ni empatía con las personas a
cargo; ya sea por una actitud autoritaria, déspota o desordenada.
5.
Relaciones amorosas
Algunas
empresas prefieren prohibir las relaciones sentimentales entre los
colaboradores porque en algunos casos pueden generar conflictos internos que
interfieren en la productividad de los implicados.
6.
Impuntualidad
Cuando,
una y otra vez, un trabajador llega tarde a su trabajo, incumple el horario de
las reuniones o no hace sus entregas a tiempo, perjudica el flujo de trabajo y
genera descontento con sus jefes y sus pares.
7.
Exceso de competitividad
Ser
competitivos no es malo, pero cuando todo en el trabajo se convierte en una
carrera por el que “haga más” o “logre más”, puede generar rivalidades y
envidias que dañan el ambiente.
8.
Exceso de trabajo
Sucede
cuando cualquier empleado siente que trabaja más de lo que debería o lo
estipulado en su contrato. Genera desmotivación, disgusto y mala disposición en
el día a día.
¿CÓMO
RESOLVER UN CONFLICTO LABORAL?
1.
Identifica el conflicto
Una
vez te des cuenta de que existe, analízalo con detalle, averigua cuáles fueron
las causas y quiénes son los implicados.
2.
Recoge todos los puntos de vista
Pregúntale
a los implicados por qué surgió el problema y ten en cuenta la versión de cada
parte.
3.
Valora la situación
Sin
ánimo de hacer juicios o ponerse a favor de alguien, analiza el conflicto y
todo su contexto.
4.
Establece los objetivos
Aquí
es donde dejas de centrarte en el problema y miras hacia adelante, pregúntate
qué necesita suceder para seguir avanzando.
5.
Genera un espacio propio para resolver conflictos
Reúne
a los implicados en el conflicto y proporciona un diálogo natural y tranquilo
para hablar de la disputa sin prevención y con sinceridad.
6.
Propón un objetivo en común entre las partes
Aunque
las partes no coincidan busca un objetivo, personal o laboral, en el que todos
puedan encontrarse para avanzar.
7.
Asume responsabilidades
Cuando las partes estén más relajadas y hayan podido encontrar algo en común, invítalas a que cada una reconozca cuáles fueron sus fallas.

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